Y dicen…

Después del problemón que se armó con «los compañeritos» resultó en un adjetivo no favorable para mí, y dadas las condiciones no me he decidido si cargarles pila o sólo dejarlo pasar.

En el caso de la segunda, se irán viendo las cosas y seguramente tomarán forma conforme transcurra el tiempo, pero me da mucha hueva esperar a que las cosas se acomoden por sí mismas, más por que nunca van a entender del todo lo sucedido ni lo que su dichosa oligarquía-democrática implica en esa toma de decisiones.

Siendo el caso de la primera…sólo por diversión y ver quién se quiebra primero, porque soy tan marica, que ni siquiera me preocupa cuantos sean, ni quienes sean y mucho menos lo que puedan hacer, el contra, es que el camino se puede volver muy espinoso y entonces si sería echarle unas gotas mal al balde de personas non gratas.

Esos sí, mientras no pretendan afectar nada más con las espinas del rosal, yo no voy a brincar para hacerles fiesta.

Mariconeando

Y siguiendo con el post anterior, sólo por aquello de mariconear a la hora de llegar a la reunión.

Casi me dan ganas de contarles lo que hice…pero eso que hice no tiene nombre, bueno sí, mariconería.

Y sino me creen, pregúntenle a Amigo y al Rubis.

Y lo peor fue que ya tenía toda la ruta resuelta, sólo era aguantar un poco más, cinco movimientos más que, vistos un mes después, no eran tan difíciles.

Eso sí, a la hora de los boulders estoy incontenible…de menos